Cuidado al retirar dinero en cajeros automáticos: Protege tus datos y ahorros
Foto: Pexels/Eduardo Soares
El uso de tarjetas de débito y crédito ha reemplazado en gran medida al dinero en metálico, especialmente entre los más jóvenes, quienes prefieren pagar con tarjetas dentro de su smartphone o reloj inteligente. Sin embargo, aquellos que aún se aferran al dinero físico suelen retirar efectivo en cajeros automáticos. En este caso, es crucial tener precaución para proteger tanto nuestro dinero como nuestra información personal.
Riesgos al usar cajeros automáticos
Aunque los cajeros automáticos ofrecen comodidad, los riesgos de fraude o robo de datos están presentes en cada operación. Cuando retiramos dinero en un cajero, es fundamental tener cuidado con las personas a nuestro alrededor, ya que podrían estar observando nuestros movimientos o accediendo a información clave.
Además de estar atentos al entorno, debemos ser cautelosos con la opción de recibo que seleccionamos después de retirar el dinero. Algunos cajeros preguntan si queremos un recibo completo, que incluye el saldo disponible y otros detalles personales, o si preferimos un recibo con solo la transacción realizada. Este pequeño detalle puede ser crucial.
El riesgo de los recibos con información sensible
Muchos recibos contienen datos delicados, como el número de cuenta o la tarjeta utilizada, los cuales podrían ser aprovechados por delincuentes para acceder a nuestra cuenta. Si el recibo contiene información personal y no se maneja adecuadamente, el riesgo de fraude aumenta considerablemente.
Es común que, al revisar el recibo, lo descartemos sin pensarlo. Sin embargo, esa acción puede ser peligrosa. Nunca tiremos un recibo con información sensible a la basura sin antes destruirlo. La mejor opción es destruir el recibo o, si no queremos imprimirlo, verificar los movimientos directamente desde nuestro teléfono móvil para mantener la seguridad de nuestros datos.
Protege tu dinero y tu información
En resumen, al usar cajeros automáticos, debemos priorizar la seguridad. Elegir el recibo más corto, eliminar o destruir cualquier papel con información sensible y estar atentos a nuestro entorno son pasos fundamentales para protegernos de fraudes. La precaución nunca está de más, y estos pequeños hábitos pueden marcar la diferencia para salvaguardar nuestro dinero.
