El impacto ambiental de la Inteligencia Artificial: ¿Cuánta agua consume?
En los últimos años, la Inteligencia Artificial (IA) ha evolucionado de manera impresionante, volviéndose accesible para la mayoría de las personas a través de dispositivos como teléfonos o computadoras. Sin embargo, detrás de cada interacción sencilla con estas herramientas, se encuentra un proceso que genera un impacto ambiental significativo.
¿Cuánta agua consume la IA?
Aunque parece que obtener una respuesta de la IA solo requiere segundos, el proceso para generar esas respuestas tiene implicaciones importantes. Por ejemplo, producir un texto de 100 palabras en herramientas como ChatGPT puede consumir aproximadamente 519 mililitros de agua.
Este gasto se debe a que los servidores que operan los datos generan mucho calor durante su funcionamiento. Para evitar el sobrecalentamiento, se utiliza agua como mecanismo de enfriamiento. Según un estudio de la Universidad de California en Riverside, si tan solo el 10% de la población activa en Estados Unidos utilizara la IA semanalmente, se consumirían más de 435 millones de litros de agua, suficiente para abastecer a un estado con un millón de habitantes por un día y medio.
Alternativas y consumo energético
En algunos casos, las empresas han optado por enfriar los servidores con aire acondicionado en lugar de agua, pero esta alternativa incrementa considerablemente el consumo de energía. Por ejemplo, generar una respuesta de 100 palabras en IA puede consumir tanta energía como encender 14 bombillas LED durante una hora.
Compromiso con el medio ambiente
Ante estas cifras, cada vez más personas buscan utilizar la IA de manera responsable, mientras que varias empresas han comenzado a tomar medidas para mitigar su impacto. Algunas trabajan en la optimización de los sistemas de enfriamiento y otras han implementado programas para reponer el agua utilizada, tratando de compensar el consumo generado.
El futuro de la IA y su sostenibilidad
La Inteligencia Artificial sigue siendo una herramienta poderosa que facilita la vida de millones de personas. Sin embargo, su uso conlleva responsabilidades ambientales. Reducir su huella hídrica y energética es un desafío que tanto usuarios como empresas deberán abordar para que la tecnología pueda seguir desarrollándose de manera sostenible.
Fuente: informador.mx