Casi la mitad de México enfrenta sequía: ¿cómo se clasifica esta crisis hídrica?

Foto: Pexels/Francesco Ungaro
México atraviesa una situación preocupante en materia de disponibilidad de agua. Según datos actualizados al 30 de abril de 2025 por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el 46.5% del territorio nacional se encuentra bajo algún nivel de sequía, desde moderada hasta excepcional. Este porcentaje refleja un deterioro significativo en el acceso y la gestión del recurso hídrico en diversos estados del país, especialmente en el norte y centro.
Para monitorear y clasificar la gravedad de la sequía, Conagua utiliza una escala que contempla cinco niveles, denominados D0 a D4, que permiten evaluar desde condiciones apenas inusuales hasta escenarios críticos con consecuencias severas para la población, la agricultura y el medio ambiente.
Así se clasifica la sequía en México:
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D0 – Anormalmente seco: Aunque no representa sequía oficial, este nivel alerta sobre una reducción inusual de humedad en el suelo, lo que puede anticipar problemas futuros si la situación persiste.
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D1 – Sequía moderada: Aparecen los primeros efectos visibles, como afectaciones a cultivos sensibles, estrés hídrico en vegetación y una baja inicial en los niveles de agua superficial.
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D2 – Sequía severa: Se intensifican los impactos, con daños más extendidos en la producción agrícola, la ganadería y la disponibilidad de agua potable.
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D3 – Sequía extrema: Las pérdidas agrícolas se vuelven generalizadas, aumenta el riesgo de incendios forestales y hay una reducción grave en los recursos hídricos.
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D4 – Sequía excepcional: Representa el nivel más crítico. Se presentan afectaciones estructurales en la economía rural, cortes de agua prolongados y alteraciones drásticas en la calidad de vida.
Este sistema, conocido como Monitor de Sequía en México, se actualiza cada 15 días e incluye mapas interactivos donde se puede consultar el grado de afectación por municipio. Su uso es clave para que las autoridades federales y estatales diseñen estrategias de prevención, distribución y racionamiento del agua, sobre todo durante temporadas con altas temperaturas o ausencia prolongada de lluvias.
Especialistas advierten que fenómenos como El Niño, el cambio climático y la sobreexplotación de acuíferos están detrás del aumento en la frecuencia y severidad de las sequías en el país. Además, la falta de infraestructura adecuada para almacenar y distribuir agua en muchas regiones rurales agrava el problema.
Mientras tanto, la ciudadanía también juega un papel importante. Conagua y otras dependencias han intensificado campañas de concientización para fomentar el uso responsable del agua, ya que la situación actual podría empeorar durante los próximos meses si las lluvias no llegan a tiempo.
Fuente: El Imparcial