Qué significa la categoría de un huracán y cómo se relaciona con su impacto

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Cada año, los huracanes representan una amenaza significativa para millones de personas en las regiones costeras del Atlántico, el Caribe y el Pacífico. Estos fenómenos meteorológicos no solo traen lluvias intensas y vientos fuertes, sino que también pueden causar pérdidas humanas, daños materiales catastróficos e impactos económicos a gran escala. Su intensidad se clasifica mediante una escala oficial: la Escala de Vientos de Huracanes de Saffir-Simpson.
¿Qué mide la Escala Saffir-Simpson?
Esta escala clasifica a los huracanes del 1 al 5 con base en la velocidad sostenida del viento, sin tener en cuenta directamente la cantidad de lluvia o el tamaño del huracán. Cuanto mayor sea la categoría, más destructivo puede ser el huracán.
Categorías y su potencial destructivo
Categoría 1 (119-153 km/h)
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Daños mínimos a moderados
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Árboles jóvenes y ramas pueden romperse
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Daños leves a techos y canaletas
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Posibles cortes de energía
Ejemplo: Huracán Danny (1997)
Categoría 2 (154-177 km/h)
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Daños importantes
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Árboles grandes pueden caer
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Daños mayores a estructuras débiles
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Interrupciones prolongadas del suministro eléctrico
Ejemplo: Huracán Frances (2004)
Categoría 3 (178-208 km/h) – Huracán Mayor
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Daños devastadores
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Grandes daños estructurales en viviendas
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Inundaciones en zonas costeras por marejada ciclónica
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Infraestructura de servicios (agua/luz) severamente afectada
Ejemplo: Huracán Katrina (2005, cuando tocó tierra en Cat. 3)
Categoría 4 (209-251 km/h)
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Daños catastróficos
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Colapso parcial o total de techos y paredes
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Marejadas ciclónicas peligrosas que penetran tierra adentro
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Zonas habitadas pueden quedar inhabitables por semanas o meses
Ejemplo: Huracán Harvey (2017)
Categoría 5 (252 km/h o más)
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Destrucción extrema
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Daños estructurales generalizados incluso en edificios sólidos
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Comunidades enteras arrasadas
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Cientos de miles pueden verse desplazados
Ejemplo: Huracán Patricia (México, 2015), el más fuerte jamás registrado en el hemisferio occidental
Más allá del viento: la marejada ciclónica y la lluvia
Aunque la escala se enfoca en el viento, la mayor parte de las muertes e inundaciones por huracanes se deben a la marejada ciclónica (el aumento del nivel del mar) y las lluvias torrenciales, que no siempre están correlacionadas directamente con la categoría.
Por ejemplo, el huracán Harvey (2017), aunque no fue de la categoría más alta al tocar tierra, causó daños históricos por la cantidad de lluvia caída en Texas.
La categoría de un huracán da una idea clara de la fuerza de sus vientos y su potencial destructivo estructural, pero no debe ser el único factor para evaluar el riesgo. Todos los huracanes, independientemente de su categoría, pueden representar un peligro si se subestiman. Por eso, la prevención y atención a las alertas meteorológicas es clave para salvar vidas y reducir daños.