China convierte el mar en el próximo hogar de la nube digital

China ha comenzado a desplegar centros de datos submarinos frente a sus costas, una apuesta tecnológica que busca reducir costos operativos y enfrentar la falta de espacio en ciudades densamente pobladas como Shanghái.
De acuerdo con información publicada por Xataka, el modelo aprovecha la energía eólica marina y el enfriamiento natural del agua de mar, lo que permite disminuir hasta un 40 % el consumo energético en comparación con las instalaciones terrestres.
¿Por qué bajo el mar?
Los centros de datos tradicionales requieren enormes superficies en tierra y consumen grandes cantidades de energía, especialmente para mantener sus sistemas de refrigeración. Con el modelo submarino, el agua de mar actúa como refrigerante natural, lo que reduce drásticamente la necesidad de enfriamiento artificial.
De Hainan a Shanghái: la versión 2.0
China probó esta tecnología en 2022 en la isla de Hainan, donde mantiene una instalación a 30 metros de profundidad que no ha registrado fallas desde su puesta en marcha.
Aunque Microsoft ya había realizado un experimento similar en Escocia con el Proyecto Natick en 2015, el de Hainan marcó el primer despliegue comercial real en el mundo.
El nuevo complejo frente a Shanghái representa la segunda generación de estos centros de datos y se integra a los planes de expansión digital del país, ligados al desarrollo de 5G, inteligencia artificial y energías renovables.
Inversión y capacidad
El gobierno chino, en colaboración con Hicloud Technology, destinó 1,600 millones de yuanes (222.7 millones de dólares) para construir un clúster submarino con capacidad de 24 megawatts (MW).
Algunos aspectos técnicos:
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El gasto en refrigeración bajará a menos del 10 %.
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Más del 90 % de la energía provendrá de parques eólicos marinos.
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Se espera alcanzar un índice de eficiencia energética (PUE) menor a 1.15, considerado óptimo a nivel global.
Fases del proyecto
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Primera fase (2025): en septiembre entrará en operación una instalación de demostración de 2.3 MW.
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Segunda fase: el clúster completo alcanzará 24 MW, brindando soporte a tecnologías digitales estratégicas.
Un modelo con proyección global
Más allá de atender problemas locales de espacio y energía, China busca consolidar un modelo de infraestructura que pueda replicarse en otros países con alta demanda tecnológica y limitaciones en tierra firme.
Con este paso, el país combina energías limpias y centros de datos de nueva generación, sentando un precedente en el futuro de la infraestructura digital.



