Artritis reumatoide: señales de alerta y cómo tratarla a tiempo

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La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad autoinmune crónica que afecta principalmente a las articulaciones, provocando dolor, rigidez e inflamación. Con el tiempo, puede generar deformidades y limitar la movilidad, impactando la calidad de vida de millones de personas en el mundo.
¿Qué es la artritis reumatoide?
En la AR, el sistema inmunológico ataca por error el tejido sinovial que recubre las articulaciones, provocando una inflamación constante que daña cartílagos, huesos y otros tejidos.
Aunque no se conoce una causa única, influyen factores genéticos, hormonales y ambientales.
Principales síntomas
La enfermedad suele aparecer de forma simétrica (en ambos lados del cuerpo) y sus señales más comunes son:
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Dolor articular persistente.
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Inflamación y enrojecimiento.
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Rigidez matutina que dura más de 30 minutos.
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Fatiga y sensación de malestar general.
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En fases avanzadas, deformidades y pérdida de movilidad.
Avances en el tratamiento
Durante años, el tratamiento se enfocó en aliviar síntomas. Hoy, existen opciones que modifican el curso de la enfermedad:
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FAMEs: como el metotrexato, que frenan el daño articular.
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Terapias biológicas: fármacos que actúan en moléculas específicas del sistema inmune.
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Inhibidores de JAK: medicamentos orales que bloquean enzimas vinculadas a la inflamación.
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Fisioterapia y rehabilitación: esenciales para conservar movilidad y fuerza muscular.
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Terapias complementarias: ejercicio moderado, yoga y técnicas de relajación para mejorar bienestar.
La importancia del diagnóstico temprano
Detectar la artritis reumatoide a tiempo es clave para prevenir daños irreversibles. Un tratamiento temprano y adecuado permite controlar la inflamación, reducir el dolor y mantener una mejor calidad de vida.
La artritis reumatoide representa un desafío de salud global, pero los avances médicos han abierto la puerta a tratamientos más efectivos que ofrecen esperanza y nuevas posibilidades a los pacientes.



