Cómo la exposición al sol puede influir en el estado de ánimo y la salud ósea

Cómo la exposición al sol puede influir en el estado de ánimo y la salud ósea

El sol no solo es fuente de luz y calor: también desempeña un papel fundamental en la salud física y mental. La exposición moderada a la luz solar estimula la producción de vitamina D, esencial para la fortaleza de los huesos, y tiene un impacto directo en la regulación del estado de ánimo y el bienestar emocional. Sin embargo, los especialistas advierten que tanto la falta como el exceso de exposición pueden tener consecuencias importantes para la salud.

El sol y la producción de vitamina D

La vitamina D, conocida como la “vitamina del sol”, se sintetiza en la piel cuando los rayos ultravioleta B (UVB) inciden sobre ella. Este nutriente es indispensable para la absorción de calcio y fósforo, minerales que fortalecen los huesos y previenen enfermedades como la osteoporosis.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), bastan entre 10 y 20 minutos diarios de exposición solar moderada —en brazos, piernas o rostro— para que el cuerpo produzca suficiente vitamina D, dependiendo del tipo de piel, la hora del día y la latitud. No obstante, la vida en interiores, el uso constante de protectores solares o la contaminación urbana han reducido los niveles de esta vitamina en amplios sectores de la población.

El déficit de vitamina D puede provocar debilidad muscular, fatiga, dolor óseo y, en casos prolongados, favorecer la aparición de enfermedades metabólicas o autoinmunes. En niños, la deficiencia severa puede causar raquitismo, mientras que en adultos aumenta el riesgo de fracturas y pérdida de densidad ósea.

Luz solar y bienestar emocional

Más allá de sus efectos fisiológicos, la exposición a la luz solar influye directamente en el estado de ánimo. La luz natural regula la producción de serotonina, un neurotransmisor relacionado con la sensación de bienestar y estabilidad emocional.

Durante los meses con menor luz solar, como el invierno, algunas personas experimentan una disminución de esta sustancia, lo que puede derivar en el llamado trastorno afectivo estacional (TAE), caracterizado por síntomas de depresión, apatía y falta de energía.

Investigaciones del National Institute of Mental Health (NIMH) han demostrado que la exposición diaria a la luz solar o a terapias con luz artificial puede ayudar a equilibrar los niveles de serotonina y mejorar el estado de ánimo, especialmente en personas propensas a la depresión estacional.

Equilibrio entre beneficio y precaución

Si bien el sol es beneficioso, su exposición excesiva puede ser perjudicial. La radiación ultravioleta (UV) en altas dosis es el principal factor de riesgo para el cáncer de piel, el envejecimiento prematuro y las lesiones oculares. Por ello, los dermatólogos recomiendan tomar el sol con moderación, preferentemente antes de las 10 de la mañana o después de las 4 de la tarde, y siempre utilizando protector solar.

Recomendaciones para una exposición saludable

  • Exponerse al sol entre 10 y 20 minutos al día, con áreas descubiertas del cuerpo, pero sin llegar a enrojecer la piel.

  • Complementar con una dieta rica en vitamina D, incluyendo pescados grasos, huevos y productos fortificados.

  • Usar protector solar de amplio espectro (FPS 30 o más) durante exposiciones prolongadas.

  • Mantener actividad física al aire libre, que favorece tanto la salud ósea como el bienestar mental.

  • Consultar al médico sobre suplementos de vitamina D si se sospecha deficiencia o se vive en zonas con poca luz solar.

El sol es un aliado natural del organismo: estimula la síntesis de vitamina D, fortalece los huesos y mejora el ánimo. Sin embargo, la clave está en encontrar el equilibrio adecuado entre aprovechar sus beneficios y protegerse de los daños por exposición excesiva. Una relación consciente con la luz solar puede traducirse en una mejor salud física, emocional y ósea a lo largo del tiempo.

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