¿Por qué incluir probióticos puede ayudarte a prevenir enfermedades?

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En los últimos años, el interés por los probióticos ha crecido debido a la evidencia científica que los vincula con una mejor salud intestinal y una función inmunológica más equilibrada. Estos microorganismos, conocidos como “bacterias buenas”, desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento del equilibrio del microbioma intestinal, que a su vez influye directamente en la capacidad del cuerpo para defenderse de virus, bacterias y otros patógenos.
Qué son los probióticos
Los probióticos son microorganismos vivos —principalmente bacterias y levaduras— que, al ser consumidos en cantidades adecuadas, aportan beneficios a la salud del huésped. Se encuentran de manera natural en alimentos fermentados como el yogur, el kéfir, el chucrut, el miso o el kimchi, y también están disponibles en suplementos alimenticios.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los probióticos ayudan a mantener el equilibrio de la flora intestinal y fortalecen las barreras naturales del organismo frente a infecciones. Las cepas más estudiadas pertenecen a los géneros Lactobacillus y Bifidobacterium, ambas reconocidas por su papel en la salud digestiva y la modulación inmunitaria.
La conexión entre el intestino y el sistema inmunológico
Aproximadamente el 70% del sistema inmunológico se encuentra en el intestino, en una red de tejidos conocida como GALT (tejido linfoide asociado al intestino). Este sistema actúa como una primera línea de defensa, identificando y neutralizando microorganismos potencialmente dañinos antes de que afecten al resto del cuerpo.
Cuando el microbioma intestinal está en equilibrio —es decir, cuando las bacterias benéficas superan a las patógenas— se favorece la producción de anticuerpos, la activación de linfocitos T y la liberación de sustancias antiinflamatorias naturales. En cambio, un desequilibrio, conocido como disbiosis intestinal, puede debilitar la respuesta inmune y aumentar el riesgo de infecciones respiratorias, digestivas e incluso autoinmunes.
Cómo los probióticos refuerzan las defensas
Los estudios clínicos han demostrado que los probióticos pueden mejorar la respuesta inmunológica de diversas maneras:
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Refuerzan la barrera intestinal, evitando que microorganismos dañinos pasen al torrente sanguíneo.
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Estimulan la producción de inmunoglobulina A (IgA), un anticuerpo que protege las mucosas del sistema respiratorio y digestivo.
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Reducen la inflamación sistémica, al modular la respuesta de las células inmunes.
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Favorecen la regeneración del microbioma después del uso de antibióticos, restaurando su función protectora.
Un estudio publicado en la revista Frontiers in Immunology (2023) encontró que personas que consumieron probióticos durante tres meses presentaron una reducción del 20% en la incidencia de infecciones respiratorias leves, en comparación con quienes no los tomaron.
En qué casos su consumo puede ser más beneficioso
El uso de probióticos puede ser particularmente útil en situaciones que alteran el equilibrio intestinal o debilitan las defensas naturales, como:
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Tratamientos prolongados con antibióticos.
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Estrés crónico o falta de sueño.
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Dietas pobres en fibra o ricas en ultraprocesados.
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Cambios hormonales o envejecimiento.
Los especialistas recomiendan incluir probióticos junto con prebióticos, es decir, los compuestos presentes en alimentos como plátanos, avena o espárragos que sirven de alimento para las bacterias benéficas, favoreciendo su crecimiento y actividad.
El consumo regular de probióticos, ya sea a través de alimentos fermentados o suplementos de calidad, puede contribuir significativamente al fortalecimiento del sistema inmunológico. Aunque no sustituyen una dieta equilibrada ni la atención médica, su papel como apoyo preventivo frente a infecciones y en el mantenimiento de la salud intestinal es cada vez más respaldado por la ciencia.



