Cetes pierden brillo: rendimientos más bajos obligan a inversionistas a replantear sus estrategias

Cetes pierden brillo: rendimientos más bajos obligan a inversionistas a replantear sus estrategias

Foto: Alto Nivel

Durante décadas, los Certificados de la Tesorería de la Federación (Cetes) fueron considerados el refugio seguro por excelencia para millones de ahorradores en México. Su estabilidad, accesibilidad y bajo riesgo consolidaron su presencia en portafolios conservadores. Sin embargo, el entorno económico actual ha reducido su rentabilidad real y ha encendido un debate entre especialistas sobre el papel que deben ocupar en las inversiones de largo plazo.

Las tasas de interés a la baja, el aumento en la retención del ISR y una inflación persistente han deteriorado el rendimiento efectivo que ofrecen estos instrumentos. Aunque siguen siendo útiles para proteger el valor del dinero, hoy generan ganancias más moderadas que en años recientes.

Un vehículo de ahorro, no de crecimiento

De acuerdo con análisis citados por El Economista, los Cetes deben entenderse cada vez más como un mecanismo de resguardo y no como un impulsor del patrimonio. Miguel Ángel Elizondo, analista de Capitaria, señala que su función principal sigue siendo mantener la estabilidad financiera, pero ya no ofrecen el potencial de crecimiento que buscan muchos inversionistas.

Este perfil conservador permite evitar pérdidas de poder adquisitivo, pero limita la posibilidad de generar utilidades significativas. Por ello, especialistas recomiendan equilibrar el portafolio con instrumentos que ofrezcan mayor rendimiento, como fondos de inversión, planes personales de retiro, ETF o acciones.

Rally navideño: una ventana atractiva para la renta variable

En contraste con el desempeño moderado de los Cetes, el mercado bursátil presenta oportunidades estacionales. La analista Giselle Abdo subraya que el llamado “rally navideño” ocurre en aproximadamente 72 de los últimos 90 años, impulsado por incrementos en ventas minoristas y del sector tecnológico durante fin de año. Esta tendencia puede favorecer a quienes buscan un crecimiento más dinámico mediante acciones estratégicas.

Cetes: útiles, pero insuficientes para el largo plazo

Para el especialista en finanzas personales Gianco Abundiz, los Cetes tienen ventajas claras: ayudan a conservar el poder adquisitivo, superan los intereses de la banca tradicional, funcionan como fondo de emergencia y son accesibles para cualquier perfil. Sin embargo, tras considerar impuestos e inflación, el rendimiento real suele oscilar apenas entre 2% y 3%, insuficiente para un crecimiento patrimonial sólido.

Abundiz ejemplifica que una inversión de 1,000 pesos a una tasa de 7.25% deja una ganancia real cercana a 2 pesos una vez descontados los efectos de la inflación y el ISR. Con el incremento del impuesto previsto para 2026, esa ganancia se reduce aún más.

Un escenario económico adverso para los Cetes

La baja de la tasa de referencia de Banco de México —de 11.25% a 7.25%— redujo drásticamente el rendimiento que ofrecen los Cetes. Proyecciones de Monex anticipan que las tasas podrían descender a 6.47% hacia 2026. A esto se suma un aumento gradual del ISR sobre inversiones, que pasará de 0.50% en 2025 a 0.90% en 2026, así como una inflación que se mantiene por arriba de 3.5%.

Este conjunto de factores sigue recortando los rendimientos reales de los ahorradores.

¿Qué lugar deben ocupar los Cetes en un portafolio?

Pese a las desventajas, los especialistas subrayan que los Cetes no deben desaparecer del portafolio. Su liquidez, bajo riesgo y facilidad de acceso los convierten en una pieza útil dentro de una estrategia diversificada. No obstante, es necesario complementar con instrumentos que superen la inflación y permitan un crecimiento sostenido.

Una distribución sugerida por analistas incluye 50% en renta fija —incluidos Cetes—, 25% en acciones o fondos y 25% en instrumentos de mayor riesgo como CFD, dependiendo del perfil del inversionista.

Los Cetes siguen siendo una herramienta valiosa para resguardar el capital y mantener disciplina financiera, pero han perdido fuerza como instrumento de crecimiento. En un entorno de tasas a la baja y mayor carga fiscal, su rol debe ajustarse: funcionan como punto de partida, pero no como la estrategia completa.

“Cada herramienta tiene su lugar en el portafolio”, coincide Elizondo. El reto para los inversionistas será combinar estabilidad y rentabilidad sin depender únicamente de la renta fija.

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