¿Cómo se siente enfermar de covid-19? Así lo describen quienes lo han tenido
- Aunque se ha dicho que las personas mayores o con condiciones preexistentes de salud tienen mayor riesgo a sufrir una enfermedad más severa, es imposible anticipar los porcentajes. Personas sanas y jóvenes también han sido hospitalizadas.
Fiebre, dolor muscular y persistente tos seca. A estas alturas, todos hemos escuchado los síntomas principales del covid-19 una y otra vez. Pero, aun así, cuesta hacerse la idea de cómo se siente realmente tenerla: ¿Es tan terrible como algunos lo pintan? ¿Cuánto dura?
Si la pandemia sigue su curso actual, hay altas probabilidades de que muchos lleguemos a experimentarlos en el próximo año, como vaticina un estudio que predice que gran parte de la población se habrá contagiado para entonces.
Sin embargo, la data indica que los síntomas y su severidad varían notablemente de persona a persona. El espectro es amplio. Demasiado amplio. Puede haber otros síntomas como nauseas, dificultad respiratoria, diarrea y hasta pérdida del olfato o el gusto. La progresión tampoco es la misma.
Estudios realizados en China indican que aproximadamente el 80% de las personas experimentará una enfermedad leve o moderada, mientras que un 15% lo hará de una forma más severa y un 5% requerirá de cuidados intensivos.
También habrá quienes ni se den cuenta de que son portadores.
Aunque se ha dicho que las personas mayores o con condiciones preexistentes de salud tienen mayor riesgo a sufrir una enfermedad más severa, es imposible anticipar los porcentajes. Personas sanas y jóvenes también han sido hospitalizadas.
Cómo prepararse entonces mentalmente a lo que podría tocar a nuestra puerta? La experiencia de algunas personas que se han contagiado y lo han sufrido de primera mano sirve como buena referencia sobre cómo puede presentarse el covid-19 y de qué modo evolucionan sus síntomas.
Pero hay casi tantas descripciones como personas: algunos la desarrollan progresivamente; mientras que otros empeoran en cuestión de horas; hay quienes lo describen como lo peor y otros que lo comparan con una simple gripe. En pocas palabras: imposible encasillar al covid-19 en un manual. No podrás saber 100% a qué atenerte si te contagias. Estos testimonios pueden servir de referencia.
“Nunca había sentido algo así”
Una infección suave comienza normalmente con fiebre, aunque esta puede tardar unos días en presentarse.»Tendrás algunos síntomas respiratorios, algo de dolor. Tendrás una tos seca. Eso es lo que la mayoría de los individuos tiene”, explica a NPR Maria Van Kerkhove, del Programa de Emergencias de Salud de la Organización Mundial de la Salud.
La descripción de la paciente Kat Powers, es mucho más gráfica: “ Comienza con dolor de garganta, ese que sientes cuando has estado fumando cigarrillos de mentol y además estás resfriado. Te vas a sentir muy cansado y tener un leve dolor de cabeza detrás de los ojos. Nada del otro mundo”, relata en un hilo de Twitter donde cuenta su experiencia.
Para ella, rápidamente el malestar escaló. “Pronto te sorprenderás de cuánto pueden dolerte los ojos y los ice packs no ayudarán en nada”.
Le siguieron escalofríos, dolores musculares, mucha sed y una opresión “como si un niño de 50 libras se pone de pie sobre tu pecho”.
Justo cuando le bajó la fiebre al cabo de unos días, comenzó la tos. “Es fuerte, seca y cero productiva. No alivia el dolor en el pecho. Los médicos no recetan nada porque nada ayuda con este virus”.
Con todo y eso tuvo “suerte”: no tuvo severa dificultad respiratoria o neumonía. Logró recuperarse en casa.
Amy Driscoll, de 48 años, se sintió súbitamente cansada en el trabajo y tuvo un quebranto. Esa noche le subió la fiebre y sintió dolor en el pecho.
“Me costaba inhalar y sentía una opresión. Nunca había sentido algo así”, dijo al Akron Beacon Journal.
Fue al hospital al día siguiente y terminó hospitalizada por unos días por deshidratación producto de la fiebre. Siete días después de iniciados los síntomas, ya en casa, una extrema fatiga y dolor de cabeza perduraban.
«Me dolía tanto la cabeza que pensé que me daría un derrame cerebral»
Para Paola Cano, venezolana de 26 años residenciada en Houston, empezó un sábado 8 de marzo con un fuerte dolor de cabeza que se fue intensificando. Después vino el de garganta que primero atribuyó a las alergias, pero que al tercer día se hizo más fuerte. “Era tan intenso que sentí que me estaban asfixiando y empecé con tos seca”, cuenta al Noticiero Univision la joven que no fuma ni tiene condiciones preexistentes de salud. El sábado siguiente, al ver que no olía ni saboreaba nada, fue corriendo a emergencias.
“Me hicieron el test, una placa y como respiraba bien, me mandaron a cuarentena en casa”, relata.
De ahí en adelante comenzó el declive. “Fui empeorando, se me hincharon las articulaciones, dormía poco… como mucho dos horas porque el dolor de cabeza me impedía descansar”.
El jueves 19 de marzo tuvo que volver a emergencias con la cara hinchada y vómito constante. “Me dolía tanto la cabeza que pensé que me daría un derrame cerebral”, cuenta. En aquella visita notaron que tenía neumonía en el pulmón derecho, pero no tan grave como para hospitalizarla. Su esposo se contagió.
Luego vinieron los fuertes episodios de diarrea y el abatimiento total. “Es horrible sentirte sin energía”, confiesa en un video de Facebook donde cuenta su experiencia a los demás. Ya ahora, más “recuperada” sigue teniendo malestar que va y viene. “Es una montaña rusa, a veces estoy en la cima y me siento bien, y a veces la bajada es muy inclinada. Ya mis pulmones están bien”.
“No había suficiente aire en mis pulmones”
Noelle Ruiz, de 27 años, empezó con una fiebre leve. Al día siguiente ya había bajado, pero tenía dolor de cabeza y tos, así como dolor en el pecho. Para ella lo peor vino al sexto día. “Estaba durmiendo 19 horas al día. Tenía nauseas. Cuando me paraba a la cocina sentía que no podía respirar, como si estuviera haciendo ejercicio. No podía respirar profundo. Era como si no hubiera suficiente aire en mis pulmones”, contó a USA Today.
Su caso se corresponde con lo que indica un análisis de un centenar de pacientes en China que concluyó que en promedio la dificultad respiratoria se presenta al quinto día de iniciados los síntomas.
También perdió el apetito y temporalmente el sentido del olfato.
Empezó a mejorar a las dos semanas.
“Sin fuerzas para sostener un plato”
Ross Hamilton formaba parte de un grupo de riesgo: asmático. En su cuenta de Twitter relató la cronología, día a día, de cómo fueron evolucionando sus síntomas hasta finalmente recuperarse sin necesidad de ir a urgencias.
Lo primero que sintió fue una ligera fiebre y dolor muscular. La tos constante vino al segundo día.
“Desperté con una tos muy persistente, cada par de segundos hasta la noche. Empecé a sentir un ardor en el pecho (…) Siento que mis pulmones fueron cortados por la mitad y sólo puedo respirar a medias. Dormí sentado en la noche y no pude durar más de 20 segundos sin toser. También me duelen la cabeza y los ojos”, cuenta en su hilo de Twitter.
Al tercer día, no tenía fuerzas “ni para sostener un plato”.
“Mi respiración es forzada y corta”. La tos cedió al cuarto día. “Se esfumó casi por completo, pero no logro mantenerme despierto”.
A la semana todo estaba superado.
En contraste, para el británico Daryl Doblados, ni tener 29 años, ni practicar deportes le ayudaron.
Diez días antes acudir a urgencias por dificultad respiratoria había corrido medio maratón, pero ahora sentía “como si los pulmones se llenaran de humo o líquido”.
“Me costaba respirar. Nunca había sentido eso. Si no me concentraba en respirar, sentía como si me estuviera ahogando”, cuenta en un video publicado en su cuenta de Facebook para enviar un mensaje al mundo: “tómenselo en serio, este virus no es una broma”.
«Tómenselo en serio»
Una moraleja similar a la que quiere transmitir Amy Brock, de 47 años. “Soy el rostro de esta infección. Es brutal y soy una persona sana de 48 años sin condiciones preexistentes de salud. Tómenselo en serio”, dice en un post de Facebook. Se sentía perfectamente bien rumbo al trabajo y en pocas horas estaba letárgica, con fiebre y dificultad respiratoria.
Nunca me dolió nada”
Pero además de casos como los anteriores, también se dan otros como el de Jerri Goldman, un pasajero de 65 años del del Diamond Princess, que dio positivo para las pruebas y no experimentó ningún malestar. “Nunca tuve dolor de garganta o dolor de cabeza o nada”, recalca al Washington Post. Durante su cuarentena, hacía ejercicios de pilates vía Facetime con sus amigos.
Lo mismo le pasó a Mark Jorgensen, de 55 y recipiente de dos trasplantes de riñón, lo que en teoría lo ubicaba dentro del grupo de alto riesgo a desarrollar una enfermedad severa. Dio positivo estando en cuarentena, pero nunca sintió nada. “Cuando me lo dijeron no podía creerlo. Me sentía bien”.
Para Bill Houser, no pasó de un dolor de garganta y algo de tos, en general, más leve que la influenza. “La última vez que tuve la gripe me sentí muy mal. No me sentí así de mal con esto”, contó al diario local Kitsap Sun.
Fuente: Univisión.