Dormir mal podría estar debilitando tu sistema inmunológico sin que lo notes

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Dormir menos de lo necesario o mantener un sueño de baja calidad no solo afecta el rendimiento diario; también puede debilitar la respuesta del sistema inmunológico sin que las personas lo perciban. Diversos estudios en instituciones como el National Institutes of Health (NIH) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han demostrado que el sueño cumple funciones clave en la regulación inmunitaria, la producción de anticuerpos y la capacidad del organismo para combatir infecciones.
De acuerdo con estas entidades, los adultos necesitan entre siete y nueve horas de descanso continuo para que el cuerpo lleve a cabo procesos esenciales de reparación y defensa. Sin embargo, una parte significativa de la población duerme menos de lo recomendado, lo que podría aumentar el riesgo de enfermedades infecciosas y de recuperación más lenta ante virus comunes.
Cómo afecta el mal sueño al sistema inmunológico
El sueño insuficiente provoca una disminución en la actividad de células inmunitarias y altera procesos fisiológicos necesarios para la protección del organismo.
Interferencia en la producción de anticuerpos
Durante el sueño profundo se consolidan respuestas inmunológicas que permiten generar anticuerpos frente a virus y bacterias. Dormir mal reduce esta capacidad, lo que puede:
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Incrementar la susceptibilidad a infecciones
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Aumentar la frecuencia de resfriados
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Prolongar el tiempo de recuperación
Alteraciones hormonales relacionadas con la defensa del organismo
Hormonas clave para la respuesta inmunitaria, como el cortisol y la melatonina, dependen de ciclos de sueño regulares. Su desajuste puede producir:
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📉 Disminución de la actividad de células NK (natural killer)
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🔥 Aumento de marcadores inflamatorios
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😵 Mayor vulnerabilidad ante virus respiratorios
Impacto en la inflamación crónica
La falta de descanso adecuado incrementa procesos inflamatorios de bajo grado que afectan al sistema inmunológico de manera acumulativa. Esto se ha relacionado con un mayor riesgo de:
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🫀 Enfermedades cardiovasculares
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🍬 Resistencia a la insulina
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🧠 Trastornos cognitivos asociados a inflamación
Señales de que el sueño está afectando tus defensas
Las personas pueden experimentar síntomas que, aunque parecen leves, indican que el descanso no está siendo reparador:
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Cansancio matutino constante
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Dificultad para concentrarse
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Sensación de resfriarse con mayor frecuencia
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Dolor corporal generalizado
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Somnolencia durante el día
Estos signos deben considerarse especialmente si persisten por más de dos semanas.
¿Qué recomiendan los especialistas?
Organismos como la Fundación Nacional del Sueño sugieren medidas que favorezcan el descanso y, con ello, la función inmunológica:
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Mantener horarios regulares de sueño
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Evitar pantallas al menos una hora antes de dormir
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Cenar ligero y no muy tarde
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Crear un ambiente oscuro y silencioso
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Reducir la ingesta de cafeína por la tarde
En casos de insomnio persistente, somnolencia diurna severa o sospecha de apnea del sueño, se recomienda acudir a una evaluación con un especialista en medicina del sueño.
Dormir mal no solo afecta la energía o el estado de ánimo: también debilita la capacidad del sistema inmunológico para responder ante infecciones y mantener el equilibrio del organismo. Garantizar un descanso adecuado es una medida esencial para preservar la salud y reducir riesgos que, en muchos casos, pasan inadvertidos.



