El costo del sedentarismo: cómo daña al corazón sin que lo notes

El costo del sedentarismo: cómo daña al corazón sin que lo notes

Foto: Pexels

El sedentarismo se ha convertido en uno de los principales problemas de salud pública del siglo XXI. Pasar largas horas sentado frente a una computadora, la televisión o el celular tiene consecuencias que van más allá de la falta de condición física: aumenta de manera significativa el riesgo de enfermedades cardiovasculares, la principal causa de muerte en el mundo según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

¿Qué ocurre en el cuerpo cuando llevamos una vida sedentaria?

El organismo está diseñado para moverse. La inactividad prolongada provoca cambios metabólicos y circulatorios que dañan directamente al corazón y los vasos sanguíneos:

  • Disminución del gasto energético, lo que favorece el sobrepeso y la obesidad.

  • Resistencia a la insulina, aumentando el riesgo de diabetes tipo 2.

  • Aumento del colesterol y triglicéridos, lo que facilita la formación de placas en las arterias.

  • Reducción de la capacidad cardíaca y pulmonar.

  • Alteraciones en la presión arterial que favorecen la hipertensión.

Riesgos cardiovasculares asociados

Diversos estudios han encontrado que las personas sedentarias tienen:

  • Un riesgo hasta 30 % mayor de enfermedad coronaria.

  • Más probabilidad de sufrir infartos y accidentes cerebrovasculares.

  • Mayor mortalidad en comparación con quienes realizan actividad física regular, incluso si no practican deportes intensos.

El tiempo sentado: un factor independiente

La investigación científica ha demostrado que permanecer sentado más de 6 a 8 horas al día se asocia con un aumento de la mortalidad, incluso en personas que hacen ejercicio regularmente. Esto significa que no basta con ir al gimnasio una hora, sino que también es necesario interrumpir los periodos prolongados de inactividad.

Cómo prevenir los efectos del sedentarismo

  • Realizar al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana (caminar rápido, nadar, andar en bicicleta).

  • Levantarse y moverse cada 30 a 60 minutos cuando se trabaja sentado.

  • Usar escaleras en lugar de elevadores y caminar trayectos cortos en lugar de usar transporte.

  • Incorporar ejercicios de fuerza dos veces por semana para mejorar la salud muscular y ósea.

El sedentarismo es un enemigo silencioso de la salud cardiovascular. Adoptar pequeños cambios en la rutina diaria, como caminar más, reducir el tiempo sentado y mantener una actividad física constante, puede marcar la diferencia en la prevención de enfermedades del corazón y mejorar la calidad de vida.

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