El estrés laboral deteriora la salud de millones en México, advierten especialistas

El estrés laboral deteriora la salud de millones en México, advierten especialistas

Foto: Pexels/Olly

El ámbito laboral en México representa una amenaza cada vez más seria para la salud física y emocional de los trabajadores, debido a condiciones que favorecen el agotamiento, el estrés y el deterioro psicológico, advirtió María del Rosario Silva Arciniega, académica de la UNAM, durante una reciente intervención en un programa de radio.

Entre los principales factores que alimentan esta problemática se encuentran la sobrecarga de trabajo, la inestabilidad laboral, los conflictos en el entorno profesional y la falta de una gestión adecuada del personal. Estas condiciones, señaló la especialista, generan efectos negativos que van más allá del malestar temporal: pueden derivar en enfermedades digestivas, respiratorias y psicológicas, además de aumentar el riesgo de accidentes laborales.

Silva Arciniega también subrayó el impacto que tienen los estilos de liderazgo autoritarios en el bienestar emocional de los empleados. Según explicó, la ausencia de un liderazgo empático suele generar entornos laborales excluyentes y tensos, donde las exigencias superan los recursos personales del trabajador.

El impacto del estrés laboral no se limita al espacio de trabajo. Muchas personas presentan síntomas físicos persistentes como dolores de cabeza, mareos, problemas estomacales o alteraciones del sueño. En casos más severos, el estrés constante puede desencadenar cuadros depresivos o trastornos de personalidad.

La situación se agrava si se considera que más de la mitad de la población económicamente activa en México trabaja en la informalidad, lo que significa que millones de personas no cuentan con prestaciones, seguridad social ni estabilidad. En ciudades como la capital, donde los trayectos diarios suelen ser largos y demandantes, el nivel de presión se incrementa aún más.

Pese a que la legislación mexicana contempla una serie de derechos laborales considerados entre los más avanzados del mundo, su aplicación dista mucho de ser la ideal. La Constitución establece el derecho a un trabajo digno, al descanso, a la protección de la maternidad y a la igualdad salarial, entre otros. Sin embargo, la falta de conocimiento y cultura de respeto a los derechos humanos provoca que estas garantías rara vez se cumplan, especialmente en los sectores más vulnerables.

Silva Arciniega recalcó que el bienestar laboral no debería depender solo de la voluntad de los empleadores, sino de un compromiso social que ponga en el centro la salud y dignidad de los trabajadores. Un empleo saludable, dijo, debe ofrecer condiciones mínimas para el desarrollo personal y profesional: un salario justo, relaciones laborales sanas y la posibilidad de crecer sin sacrificar la estabilidad emocional.

«Amar lo que uno hace no es posible si el entorno se percibe como hostil, agotador o injusto», concluyó. También hizo un llamado a defender la autoestima y el valor personal, recordando que ningún trabajo debería comprometer la identidad ni someter al individuo a dinámicas abusivas.

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