El uso prolongado de melatonina podría aumentar el riesgo de insuficiencia cardíaca, según estudio

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La melatonina, uno de los suplementos más populares para combatir el insomnio, podría no ser tan inofensiva como se cree. Un nuevo estudio advierte que su consumo prolongado —durante un año o más— podría asociarse con un mayor riesgo de insuficiencia cardíaca, hospitalización y mortalidad por causas relacionadas con el corazón.
El hallazgo, presentado por investigadores estadounidenses, se basa en el seguimiento de 130 mil adultos con insomnio durante un periodo de cinco años. Aunque los resultados no establecen una relación causal directa entre la melatonina y los problemas cardíacos, los autores sostienen que los datos son lo suficientemente preocupantes como para impulsar una revisión más profunda sobre la seguridad de este suplemento.
Los resultados serán presentados en la reunión anual de la Asociación Americana del Corazón (AHA), que se celebra del 7 al 10 de noviembre en Nueva Orleans, Estados Unidos, antes de su publicación en una revista científica revisada por pares.
Un uso extendido y poco regulado
La melatonina es una hormona natural producida por la glándula pineal, responsable de regular el ciclo sueño-vigilia. Sin embargo, su versión sintética se comercializa ampliamente como suplemento para dormir o combatir el desfase horario (“jet lag”), muchas veces sin supervisión médica y con diferencias en potencia y pureza entre marcas.
En varios países, su venta no requiere receta médica, lo que facilita su uso prolongado sin control profesional. Este estudio, basado en datos de la Red Internacional de Investigación TriNetX, comparó a pacientes con insomnio crónico de unos 55 años en promedio (61% mujeres) que tomaron melatonina por más de un año con otros que nunca la usaron.
Los resultados mostraron que los consumidores prolongados de melatonina tenían un 90% más de probabilidades de desarrollar insuficiencia cardíaca en un periodo de cinco años. Además, registraron 3.5 veces más hospitalizaciones por esta causa (19% frente a 6.6%) y casi el doble de muertes por cualquier motivo (7.8% frente a 4.3%) respecto a los que no tomaban el suplemento.
“Nos sorprendió observar un aumento tan constante y significativo de los problemas de salud graves, incluso después de ajustar múltiples factores de riesgo”, señaló Ekenedilichukwu Nnadi, autor principal del estudio y jefe de residentes de medicina interna en SUNY Downstate/Kings County Primary Care, en Nueva York.
Expertos piden precaución y más evidencia
Aunque el estudio presenta limitaciones —como la falta de información sobre las dosis empleadas, la severidad del insomnio o las condiciones de salud mental de los participantes—, sus autores insisten en que los resultados ameritan una evaluación más rigurosa.
“Estos datos plantean dudas sobre la seguridad de un suplemento que se considera natural y seguro. Se necesitan más investigaciones para confirmar su impacto en la salud cardiovascular”, añadió Nnadi.
Especialistas ajenos al estudio coinciden en la necesidad de precaución. Marie-Pierre St-Onge, presidenta del grupo de redacción de la declaración científica 2025 de la AHA, advirtió que la melatonina “no está indicada para tratar el insomnio de forma crónica” y que debería utilizarse solo bajo orientación médica.
Por su parte, Óscar Larrosa, neurofisiólogo clínico y experto en medicina del sueño, señaló que el trabajo “puede cambiar la percepción sobre la supuesta inocuidad de la melatonina”, mientras que Carlos Egea Santaolalla, presidente de la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño, subrayó que los hallazgos “refuerzan la necesidad de un ensayo clínico controlado”.
Desde el ámbito farmacéutico, Javier Garjón, del Servicio Navarro de Salud, consideró que el estudio “pone en cuestión la seguridad cardiovascular del suplemento” y que “debería ser evaluado por las agencias reguladoras”.
Un llamado a la prudencia
Aunque la investigación no demuestra una relación causa-efecto definitiva, los resultados reabren el debate sobre el uso prolongado de suplementos sin supervisión médica. La melatonina, ampliamente promovida como una alternativa natural para dormir mejor, podría no ser tan inocua como se pensaba, especialmente entre personas con problemas cardiovasculares o de larga exposición.



