¿Es tan segura como se creía? Estudio vincula la gabapentina con mayor riesgo de demencia

Foto: Freepik
Durante años, la gabapentina se ha considerado un medicamento seguro y una alternativa favorable frente a los riesgos asociados con los opioides, especialmente para el tratamiento del dolor lumbar y neuropático. Sin embargo, un reciente estudio a gran escala ha encendido las alarmas al relacionar su uso con un incremento significativo en los diagnósticos de demencia y deterioro cognitivo leve (DCL) en adultos.
La investigación, publicada en la revista Regional Anesthesia & Pain Medicine, analizó más de 68 millones de registros médicos electrónicos de pacientes en Estados Unidos a través de la red TriNetX. Los resultados mostraron que quienes recibieron seis o más prescripciones de gabapentina tenían un 29% más de probabilidades de desarrollar demencia y un 85% más de presentar deterioro cognitivo leve en un periodo de diez años.
El impacto fue particularmente notable en adultos entre 35 y 64 años, grupos en los que el riesgo de demencia se duplicó y el de DCL se triplicó en comparación con quienes no recibieron el medicamento. Además, se observó que a mayor número de prescripciones, mayor era la probabilidad de presentar problemas cognitivos.
Aunque la gabapentina ha ganado popularidad en América, incluido países como la República Dominicana, por su bajo potencial adictivo y como sustituto de opioides, estos hallazgos plantean dudas sobre su seguridad a largo plazo. Expertos advierten que, aunque el estudio es observacional y no establece causalidad directa, los resultados justifican una evaluación más cuidadosa y protocolos de seguimiento para pacientes bajo este tratamiento.
Especialistas en neurociencia insisten en que el manejo del dolor crónico sigue siendo prioritario, pero resaltan la necesidad de balancear los beneficios con posibles efectos en la función cerebral. Se recomienda a quienes usan gabapentina mantener un diálogo abierto con sus médicos, especialmente si existen antecedentes o factores de riesgo neurológico.
Lejos de desaconsejar el uso de este medicamento, la comunidad médica llama a un debate informado y a una mayor investigación sobre cómo optimizar el tratamiento del dolor sin comprometer la salud cognitiva, un tema de creciente relevancia ante el aumento global de personas con deterioro cognitivo.



