Microinfartos cerebrales: cómo identificar este tipo de accidente cerebrovascular

Microinfartos cerebrales: cómo identificar este tipo de accidente cerebrovascular

Foto: Unsplash

Los microinfartos cerebrales son pequeños episodios de interrupción del flujo sanguíneo en el cerebro que, aunque muchas veces pasan desapercibidos, pueden tener consecuencias significativas a largo plazo. También conocidos como infartos lacunares, estos eventos afectan áreas mínimas del tejido cerebral, pero su acumulación aumenta el riesgo de deterioro cognitivo, demencia y accidentes cerebrovasculares más graves.

Causas y factores de riesgo

Los microinfartos se producen principalmente por la obstrucción de pequeñas arterias cerebrales. Entre los factores que aumentan el riesgo se encuentran:

  • Hipertensión arterial no controlada.

  • Diabetes mellitus y resistencia a la insulina.

  • Colesterol alto y otras dislipidemias.

  • Enfermedades cardíacas, como fibrilación auricular.

  • Tabaquismo, sedentarismo y obesidad.

Síntomas que pueden indicar un microinfarto

Dado que son pequeños, los microinfartos muchas veces no generan síntomas evidentes. Sin embargo, algunas señales sutiles pueden aparecer:

  • Problemas leves de memoria o concentración.

  • Dificultad momentánea para hablar o entender palabras.

  • Cambios en la fuerza o coordinación de manos o pies.

  • Mareos o desequilibrio transitorio.

  • Cambios de humor o irritabilidad inexplicables.

Diagnóstico y seguimiento

Detectar un microinfarto puede ser complicado debido a la sutileza de los síntomas. Los médicos suelen utilizar:

  • Resonancia magnética cerebral, que permite visualizar lesiones pequeñas.

  • Tomografía computarizada en algunos casos.

  • Evaluaciones neurológicas y cognitivas para valorar funciones afectadas.

Prevención y manejo

  • Control riguroso de la presión arterial y los niveles de glucosa.

  • Mantener una dieta saludable y equilibrada, baja en grasas saturadas y rica en frutas y verduras.

  • Realizar actividad física regular.

  • Evitar el tabaco y moderar el consumo de alcohol.

  • Seguir tratamientos médicos para enfermedades cardiovasculares o metabólicas.

Aunque los microinfartos cerebrales suelen pasar desapercibidos, su acumulación puede tener un impacto grave en la salud cerebral a largo plazo. La detección temprana, junto con hábitos de vida saludables y control médico, es clave para prevenir complicaciones mayores como accidentes cerebrovasculares o deterioro cognitivo.

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