Té verde podría reducir dismorfología facial en niños con síndrome de Down
Tomar extractos de té verde puede reducir la dismorfología facial en niños con síndrome de Down cuando el producto se consume durante los tres primeros años de vida. Así lo afirma un estudio de la Universitat de Barcelona (UB) publicado en Scientific Reports en colaboración con otros centros europeos.
En la parte experimental del estudio, realizada con ratones, se confirmaron los efectos positivos en dosis bajas. Sin embargo, se constató que dosis elevadas pueden alterar el desarrollo facial y óseo en los animales, por lo que será necesario investigar más para entender los efectos.
La investigación tuvo otra parte, un estudio de tipo observacional con niños y niñas que tenían síndrome de Down y se comparó con niños que no presentaban este desorden genético.
La coautora principal del estudio, Neus Martínez-Abadías, ha explicado que “todos los participantes fueron fotografiados desde varios ángulos para crear un modelo 3D de sus caras”, utilizando veintiún marcadores antropométricos y el análisis de distancias faciales.
En el grupo de menor edad -entre 0 y 3 años- observaron que las diferencias entre las caras de niños con y sin síndrome de Down eran menores en los que habían tomado ECGC, uno de los componentes del té verde: una diferencia del 25% frente a un margen del 57% entre los que no habían recibido tratamiento.
“Después de la suplementación con té verde, la dismorfología facial disminuye y los niños y las niñas con o sin síndrome de Down se parecen más”, ha concluido Martínez-Abadías.
No obstante, los efectos no fueron tan marcados entre adolescentes, lo que sugiere que los suplementos de té verde afectan al desarrollo facial cuando se administran en las primeras etapas de vida.
“A pesar de los beneficios potenciales que hemos observado, las conclusiones del trabajo son preliminares y hay que considerarlas con precaución, ya que se basan en un estudio observacional”, ha alertado la coautora del estudio, Greetje Vande Velde.
Se sabe que uno de los componentes del té verde, la epigalocatequina-3-galato, o EGCG, inhibe la actividad del gen DYRK1A, que, entre otros efectos, contribuye a alterar el desarrollo cerebral y óseo en personas con síndrome de Down.
Con información de Infosalus