¿Por qué dormir poco puede afectar tu sistema inmunológico?

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Dormir bien no solo es importante para sentirte descansado: también es fundamental para mantener un sistema inmunológico fuerte. La ciencia ha demostrado que la falta de sueño debilita las defensas del organismo, haciéndolo más vulnerable a infecciones, enfermedades crónicas e incluso a una recuperación más lenta cuando ya estás enfermo.
¿Qué dice la ciencia?
Estudios publicados en revistas como Sleep, Nature Reviews Immunology y The Lancet han confirmado que el sueño de calidad y en cantidad adecuada mejora la función de las células inmunitarias, mientras que la privación de sueño afecta negativamente varias respuestas del sistema inmune.
Dormir poco:
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Reduce la producción de citoquinas, proteínas clave que regulan la respuesta inflamatoria.
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Disminuye la actividad de los linfocitos T, esenciales para combatir virus y células infectadas.
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Aumenta los niveles de inflamación crónica, relacionados con enfermedades cardíacas, diabetes y cáncer.
¿Cuántas horas de sueño son necesarias?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan:
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Adultos: 7 a 9 horas por noche
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Adolescentes: 8 a 10 horas
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Niños escolares: 9 a 12 horas
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Preescolares: hasta 13 horas
Dormir menos de esas horas de manera habitual se ha asociado con un mayor riesgo de infecciones respiratorias, como el resfriado común, la gripe e incluso infecciones por virus más agresivos.
Sueño y vacunas
Uno de los hallazgos más reveladores de la última década es que las personas que duermen poco tienen una menor respuesta a las vacunas. Por ejemplo, estudios han demostrado que quienes dormían menos de seis horas por noche producían menos anticuerpos tras recibir la vacuna contra la gripe o la hepatitis B, en comparación con quienes dormían más de siete horas.
Efectos de la falta de sueño en el sistema inmunológico
Dormir mal o poco de forma constante puede:
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Aumentar la probabilidad de contraer virus
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Afectar la recuperación después de una infección
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Favorecer la aparición de enfermedades autoinmunes
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Reducir la efectividad de tratamientos médicos
¿Cómo mejorar tu sueño y fortalecer tu sistema inmune?
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Establece horarios regulares para dormir y despertar.
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Evita el uso de pantallas al menos una hora antes de dormir.
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Crea un ambiente oscuro, silencioso y fresco para dormir.
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Limita el consumo de cafeína y alcohol, especialmente por la tarde.
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Haz ejercicio regularmente, pero evita hacerlo justo antes de dormir.
El sueño no es un lujo: es una necesidad biológica crítica para la salud, especialmente la del sistema inmunológico. Dormir bien fortalece tus defensas, mejora la eficacia de las vacunas y te ayuda a recuperarte más rápido si te enfermas. Cuidar tu descanso es una inversión directa en tu bienestar a corto y largo plazo.